
En está guía de Rabat te contamos que ver en la capital de Marruecos y la cuarta ciudad imperial.
En ella confluyen de manera armoniosa tradición, modernidad
Fundada como enclave militar para luchar contra los Españoles por Abd al-Mumin en el siglo XII, de la época de su reinado datan la mayoría de los monumentos más importantes, fue refugio de los moriscos y sefardíes expulsados de España a principios del siglo XVII.
Esta dividida por el río Bu Regreg, que la separa de la vecina Salé antiguo enclave corsario fundada también por moriscos en esté caso Extremeños de Hornachos en su gran mayoría y que fueron el azote del mediterráneo y parte del atlántico hasta bien entrado el siglo XIX.
El Aeropuerto Mohammed V se encuentra a poca distancia, hacia el este de la ciudad de Rabat, y dispone de muchos autobuses que realizan el trayecto que comunica lo comunica con la ciudad. Hay vuelos desde París con Royal Air Maroc, Air France y Jet4you. Para mayor oferta de vuelos internacionales, consultar el aeropuerto de la ciudad vecina de Casablanca.
Un poco de historia
Aunque su mayor explendor e importancia la adquiere en 1912, cuando el mariscal Lyautey eligie Rabat como capital administrativa del Protectorado francés de Marruecos
Mantiene su capitalidad también desde 1956 año en el que Marruecos logra la independencia
Por todos estos motivos, Rabat posee como pocas ciudades en Marruecos una atmósfera de tradición y modernidad.
Pero si hacemos caso a las distintas excavaciones realizadas en la zona, parece que Rabat ya fue ocupado por cartagineses y fenicios antes de la llegada de los romanos. El nombre de Rabat viene de la palabra Ribat (Rábida) que significa ‘fortaleza islámica’, debido a que fue éste el primer edificio construido aquí con la idea de defenderse de las tribus bereberes. Su desarrollo no llegó hasta la llegada del soberano Yacub Al-Mansur (1184) que dotó a la ciudad edificios civiles y religiosos, convirtiéndola en capital de su imperio.
Que Rabat no este en el top del turismo en Marruecos permite al viajero pasear tranquilamente por los mercados sin tener que protegerse contra la excesiva presión de los vendedores.
Torre Hassán
Gracias!! Así lo haré!
Gracias guapa!! >
Fascinante ciudad, que sorprende no esperaba esto…
Divertidísimo y a la par elegante, como una flor marrón. Sobre Manolo Lama y el idioma francés, que aparecen en su artículo, guardo en mi memoria una escena en el informativo del medio día de Telemadrid, que presentaba hace muchos años la guapísima Teresa Castanedo y cuya parte de deportes, presentaba el incomparable Lama. La noticia se refería al “Maraton des Sables que se corría cada año en Marruecos y era una de esas pruebas de extrema dureza maratoniana, 250 kilómetros en 7 días en pleno desierto. Pues bien, nuestro Manolo presentó la noticia de la carrera, como el “Maratón de los sables, quizá pensando que los corredores iban camino de las cruzadas provistos cada uno de su sable reglamentario. Teresa Castanedo, que sí sabía francés, se le quedó mirando con cara de pitorreo, y le preguntó algo así como “¿seguro que es de los sables? A lo que el incomparable Manolo, no dio su brazo a torcer, y contestó, “pues claro, no ves lo que pone en los carteles de la carrera? El maratón cambió arenas por espadas. Ahí lo tienen, una estrella de la radio deportiva española. Saludos.
Gracias a ti, Laura!